Los niños, niñas y adolescentes que se insertan al periodo escolar 2021 se enfrentan a desafíos atípicos, las circunstancias de los últimos tiempos provocaron consecuencias emocionales en muchos de ellos.
Clara Veggiani, licenciada en psicología del Equipo Interdisciplinario de Asesorías, se refirió a la actual situación que genera incertidumbre y angustia
A lo largo del último año nos familiarizamos con frases como “aprender a convivir con el virus” o “hacer normal la anormalidad”, pero ¿qué genera esto y qué impacto les provoca a los niños, niñas y adolescentes? El retorno a las clases presenciales no tiene la misma representación para todos los niños por igual, no lo es para aquel que no ha tenido ningún familiar o conocido enfermo por Covid, como para el que, por el contrario, tuvo algún conocido que cursó la enfermedad o vivió el fallecimiento de alguien cercano a su grupo. explicó Veggiani.
Para favorecer su inclusión y adaptación es necesario estar atentos y colaborar con la gestión de sus miedos como así también con el modo en que procesan la información a la que acceden respecto a la pandemia por Covid. Algunas pautas a tener en cuenta para ello son: Brindarles información clara y adaptada al periodo evolutivo que atraviesan, respondiendo a sus preguntas e inquietudes. Validar sus miedos e inseguridades, permitir que se expresen sobre ellos sin subestimar o hacer que el sentimiento desaparezca.
“También, otro aspecto a tener en cuenta luego de un año de educación remota, cambios y alteraciones en las costumbres de la organización familiar, es el planteamiento de rutinas con antelación al inicio de las clases: la disminución de actividades escolares ha provocado la extensión de las horas de ocio, el uso de los dispositivos digitales, por lo que es importante recuperar hábitos anteriores al establecimiento de la cuarentena,” enfatizó Clara Veggiani.