La Asesora Gral. de Incapaces de la Provincia, Mirta Lapad, y la Asesora Gral. Tutelar de la ciudad de Bs. As., Yael Bendel, firmaron un convenio marco de colaboración y asistencia técnica entre ambos organismos. Habrá acciones de intercambio de información y de mecanismos institucionales que promuevan la protección y satisfacción de los derechos humanos, individuales y sociales de los niños, niñas y adolescentes; y de las personas afectadas en su salud mental.
Se fortalece así el objetivo de promover la plena vigencia de la ley nacional 26.061 de Protección Integral de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, y la ley nacional 26.657 de Salud Mental. El convenio se firmó el jueves 10, en la sala de reuniones del Colegio de Gobierno del Ministerio Público, tercer piso de Ciudad Judicial.
Estuvieron presentes la Defensora General de la Provincia, María Inés Diez; la secretaria relatora de Asesoría General, María Inés Casey; la secretaria letrada María Isabel Rodríguez Virgili y la secretaria letrada del ministerio de la Ciudad de Buenos Aires, Andrea Ventura.
El Derecho a ser oído y el Abogado del Niño
Por la tarde, la Asesora Gral. de C.A.B.A. Yael Bendel disertó sobre “El rol del Ministerio Público Tutelar de C.A.B.A.; el Derecho a ser oído y el Abogado del Niño”, organizado por la Escuela del Ministerio Público. Fue en la sala de Grandes Juicios, subsuelo de Ciudad Judicial, con asistencia de asesores de incapaces, secretarios, profesionales y empleados del Ministerio Público.
Tras explicar la estructura y el funcionamiento del Ministerio Tutelar, que en la ciudad de Buenos Aires dependen del Poder Judicial, hizo hincapié en el uso efectivo y preciso de la cámara Gessell, «para que se escuche de verdad y una sola vez al niño, para no revictimizarlo con una segunda concurrencia».
También apuntó a la necesidad de «mejorar la articulación entre los distintos organismos de protección de la infancia que intervienen en el expediente judicial»; y remarcó los alcances peligrosos de los nuevos ciberdelitos, «como el grooming, que afecta y vulnera profundamente a los niños y adolescentes que son víctimas».
“Para los niños de hoy, la difusión de una imagen suya, una amenaza o un escrache en las redes sociales es tan violento como la agresión física o psicológica. Y las sanciones por este delito deberían contemplarlo, porque el grooming no es preparatorio de un delito mayor posterior – que sí puede ocurrir –, ya es una violenta agresión”, sentenció Yael Bendel.